Muchos creen que todos en una organización deben tener un dashboard. La realidad es distinta: la mayoría de los equipos —incluso jefaturas— están inmersos en la operación, resolviendo lo urgente. Son actores clave, pero rara vez tienen el espacio para mirar el panorama completo.
Un dashboard bien diseñado no es solo para saber cómo vamos, sino para decidir a dónde vamos. No reemplaza un reporte ni un KPI puntual; es una herramienta de navegación estratégica. Su mayor valor aparece cuando alguien puede detenerse, analizar tendencias y ajustar la dirección.
He vivido en carne propia cómo tableros diseñados para áreas operativas terminan subutilizados. No por desinterés, sino porque la cultura de pausa, análisis y proyección no se impone… se cultiva.
No todos necesitan un cuadro de mando. Lo necesita quien toma decisiones más allá del día a día, quien debe “levantar la cabeza” y ajustar la vela. Y eso requiere un cambio de mentalidad, no solo de herramienta.
¿En tu organización los dashboards realmente agregan valor, o solo se diseñan para mostrarlos en las reuniones? Me interesa conocer tu experiencia.
fuente: https://www.linkedin.com/in/luis-palomino-vallve/

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